
Recursos genéticos de cacao tipo Nacional en Ecuador: una revisión sistemática
Ciencia y Tecnología. 2022. 15(2): 30-42
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Introducción
Los recursos genéticos vegetales representan la fuente
primaria utilizada para el desarrollo de nuevas variedades con
características de interés comercial, por ejemplo, variedades
más productivas, adaptadas a condiciones climáticas adversas
(estreses abióticos) y con mayor resistencia a plagas y
enfermedades (estreses bióticos) (Vasconcelos et al., 2005).
Estos recursos tienen una función cada vez más importante en
la seguridad alimentaria y en el desarrollo económico mundial
y junto con las especies silvestres relacionadas, representan el
depósito de variabilidad genética potencial para los programas
de mejoramiento genético de plantas cultivadas que aseguran
el medio de subsistencia de una gran proporción de mujeres y
hombres que dependen de la agricultura (FAO, 2019).
En Ecuador, el estado los recursos genéticos, representa
una base fundamental para la toma de decisiones políticas y de
investigación por parte de las autoridades del país, y alberga
la gran diversidad biológica presente en el territorio nacional
para su uso y conservación (INIAP, 2008). Uno de los cultivos
de mayor interés en el país es el cacao (Theobroma cacao L.),
especie alógama, cultivada comercialmente por pequeños
agricultores en los trópicos húmedos (Argout et al., 2010;
Dantas & Guerra, 2010; Durango et al., 2019; Motamayor et
al., 2002), y que también, contribuye signicativamente a la
economía de muchas regiones del mundo, incluyendo países
de África Occidental, Asia, América del Sur y Central y el
Caribe (FAO, 2018).
El cultivo de cacao fue domesticado en América Central
en tiempos precolombinos y los indios nativos lo consideraban
de origen divino. Por ello, en 1753 Linneo designó su nombre
cientíco, Theobroma, que signica alimento de los dioses
(Bekele & Phillips-Mora, 2019). En Ecuador en los últimos
años, varias investigaciones han centrado su atención al
origen de la domesticación y dispersión del cacao Nacional
Fino de Aroma, considerada en la actualidad una variedad
representativa de la costa ecuatoriana (Coe, 2020; Lanaud
et al., 2012; Loor-Solorzano et al., 2012; Motamayor et
al., 2002). Demostrando que dicha variedad tiene una larga
historia de cultivo en la alta Amazonía (Zarrillo et al., 2018).
De acuerdo con Loor-Solorzano et al. (2012), el cacao
silvestre sobrevivió a la última era glacial en remanentes de
bosque tropical en los Andes orientales en el sur de Colombia,
Ecuador y el norte del Perú. Posteriormente, desde este
refugio se extendieron al resto de la Amazonía, Centroamérica
y Mesoamérica.
En Ecuador, la variedad autóctona Nacional fue la única
que se plantó a principios de la década de 1890. El cultivo
comenzó comercialmente en los tramos bajos del Río Guayas
y se extendió hacia arriba, hasta las orillas de sus auentes:
los ríos Daule y Babahoyo. Como resultado, el grano de cacao
ganó el seudónimo de “Arriba” en el mercado internacional,
que está relacionado a su lugar de origen. La variedad que le da
origen a este cacao se conoce como nacional y, botánicamente,
es miembro del grupo de plantas conocidas como forasteros
amazónicos (Loor Solorzano et al., 2012; Quingaísa &
Riveros, 2007; Rosero, 2002). El tipo Nacional es una de
las más antiguas poblaciones cultivadas comercialmente y
fundamentalmente se encuentran en las regiones costeras del
Ecuador, al oeste de los andes.
Para el año 2020, en Ecuador, se estimó una producción
de 327,903 toneladas de cacao en grano. Aumentando
su producción en aproximadamente un 15.6% con un
rendimiento de 621.8 kg ha
-1
y un total de área cosechada de
527,347 ha
-1
lo cual “representa tan solo 5% de la producción
mundial, sin embargo, en ese porcentaje se encuentra el 70%
de la producción mundial de cacao no de aroma” (FAOSTAT,
2021). El hecho de que Ecuador ocupe el primer lugar en
calidad de cacao es particularmente notable porque también
produce chocolate con un fuerte aroma además del cacao no.
Este doble signicado lo eleva a la cima, de acuerdo con los
chocolateros internacionales más respetados (FAO, 2020).
El cacao cuenta con una gran diversidad genética y
esta comprende un conjunto de poblaciones silvestres y
domesticadas, con distinto origen genético y grado de
evolución, así mismo esta diversidad genética juega un
papel importante para la conservación de germoplasma
nativo y mejorado y la utilización de estos últimos con
nes de propagación clonal (Bekele & Phillips-Mora,
2019). Históricamente, el cacao se ha dividido en dos
grandes grupos genéticas llamados “Criollo” y “Forastero”
basados en características físicas y orígenes geográcos.
Se han identicado los híbridos “Criollo” X “Forastero”
que conforman el tercer grupo, conocido como “Trinitario”
(Herrera-García et al., 2015).
Los botánicos identicaron simultáneamente dos
subespecies: cacao y sphaeorocarpum, también conocidos
como “Criollo” y “Forastero”, que algunos escritores arman
que se originaron en Centro y Sur América, respectivamente.
Según algunos escritores, “Criollo” y “Trinitario” son más
apropiadamente considerados como cultivares tradicionales
que como agrupaciones genéticas. Sin embrago, de acuerdo
con la clasicación de Motamayor et al. (2008), se identicaron
diez genotipos: “Amelonado, Contamana, Criollo, Curaray,
Guiana, Iquitos, Marañón, Nacional, Nanay y Purús, luego de
valuar 735 individuos provenientes de esta región.
La estrategia de mejoramiento en la mayoría de los países
productores de cacao se ha basado en la selección de árboles
élites y la formación de híbridos (Bekele & Phillips-Mora,
2019; Paulin & Eskes, 1995; Sánchez-Reyes, 2012). Para
ello, se han adoptado varias técnicas para la multiplicación
de clones a los agricultores, tales como: esquejes enraizados,
injertos en árboles adultos en campo e injertos en plantas
jóvenes en vivero (Sena et al., 2015). Sin embargo, pese a
todo esto, el rendimiento de los materiales mejorados ha
estado cuestionado por problemas tosanitarios como la
monilia (Moniliophthora roreri (Cif.) (Evans et al., 1978)
y escoba de bruja (Moniliophthora perniciosa (Stahel)