Revista Ciencias Sociales y Económicas | Vol. 8. Núm. 2, julio - diciembre 2024
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Barzola, 2024
hacia el emprendimiento femenino, según se
muestra en la Tabla 1.
Tabla 1. Número de emprendimientos
que constan en el Registro Nacional de
Emprendimientos (RNE)
Provincia Masculino
Femenino
Guayas 1734 2501
Los Ríos 333 465
No obstante, en una investigación de
emprendimiento femenino, luego de
pandemia, en el sector noroeste de la ciudad
de Guayaquil se amplía que las mujeres que
se atreven a emprender es por producto de
la necesidad, desempleo de sus parejas o
reducidos ingresos por otros trabajos, para
cubrir las necesidades básicas y ser parte del
sustento del hogar (Proaño et al., 2021)
Por otro lado, el GEM 2019-2020
sostiene que un 50,1 % de las mujeres
ecuatorianas emprende por oportunidad de
mejora, mientras que el 49,9 % lo hace por
necesidad. Esto inere que la brecha reducida
en sus emprendimientos se debe más a la
necesidad de subsistir que a las oportunidades
proporcionadas por entornos favorables.
En el caso de mujeres españolas según
el Informe GEM España 2021-2022 sobre
el ecosistema empresarial, es la primera vez
que se revierte la Actividad Emprendedora
Temprana (TEA) con un 5,6 % de
emprendimientos femeninos de menos de 42
meses, frente a un 5,4 % de emprendimientos
masculinos, situación derivada de la pandemia
que ha animado a muchas mujeres a iniciar
sus propios proyectos. Sin embargo, hay un
50 % menor de iniciativas de negocios de
medio y alto valor tecnológico por parte de
las mujeres en relación con los hombres.
Además, se destaca que las mujeres necesitan
un 11 % menos de nanciación para iniciar
sus proyectos (Salvador, 2022).
Un estudio realizado por la Global
Entrepreneurship Research Association, ubica
a mujeres empresarias muy comunes en países
en desarrollo como Angola, así como en países
desarrollados de la península Arábiga, Arabia
Saudita o Kuwait, y en América; en: Panamá,
Chile y Estados Unidos. Por el contrario, en
el continente europeo existen tasas muy bajas
de mujeres empresarias (Khosla, 2023).
Un espíritu empresarial en el primer
escenario impulsado por la necesidad,
debido a la falta de oportunidades de empleo
formal en el caso de la mayoría de los países
latinoamericanos, y en el otro escenario,
marcado por oportunidad e innovación, que
existe en países con mercados laborales
formales bien desarrollados.
Obstáculos y barreras
Una investigación colaborativa entre
Women Forward International, Pro Mujer,
así como alumnas y profesoras de Zona
Shero y el Centro FAIR del Tecnológico de
Monterrey con 280 encuestas a lo largo de
Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Perú y
México, se logró un entendimiento profundo
de las brechas por cuanto las mujeres
enfrentan menores expectativas al solicitar
nanciamiento: desigualdad en trabajo
remunerado que afecta su capacidad de pago,
opciones de crowdfunding, no poder dejar
algún bien en garantía, si esta se encuentra
a nombre del cónyuge que la inhabilitan por
no cumplir requisitos, alta tasa de interés o
desconocimientos de los productos nancieros
(Guerra, 2022).
La Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) organismo con
misión a esta desigualdad económica demanda
un llamado regional en la XIII Conferencia
sobre la mujer en América Latina y el Caribe,
realizada en Montevideo el año 2016, por medio
de la Estrategia de Montevideo reconoce que
“persisten las barreras para que las mujeres
accedan a los recursos productivos, como el
crédito, la tierra, el agua, la capacitación, las
tecnologías y el tiempo” (CEPAL, 2017a, pág.
16), citado en (Muñoz Rojas, 2019).
Entre otros desafíos o barreras que se
encuentran en el caso de las emprendedoras
es la menor capacidad de negociación. En
este caso (Ponce, 2020; BID, 2022) tienen
similares respuestas como María Noboa dijo
en una entrevista a Primicias de Ecuador que
existe una barrera: “soy chiquita, tengo cara
de 20 años y muchos no te toman en serio